Recordemos que la iglesia católica fue fundada por Jesucristo hace más de 2 mil años, y desde ese momento la autoridad de la que gozaron los papas en la vida política y social de toda Europa fue prácticamente absoluta.
Su figura era la de un ser que se encontraba sobre toda autoridad establecida, pues era a él a quien se le debía consultar sobre las decisiones que habría de tomar el rey, ellos formulaban una “Bula” (orden), que era palabra sagrada y que debía cumplirse.
Pero a pesar de ser una de las organizaciones más grandes, poderosas e importantes del mundo, existen muchos secretos alrededor de esta orden, secretos a los que solamente el Papa tiene acceso.
1.- La Bula de la castración
En la época medieval uno de los papas, por divino mandato, ordenó a través de una “Bula” que todos los hombres de raza negra debían ser despojados de sus órganos sexuales, ya que un miembro de este color hacía referencia a símbolos satánicos. Dicho documento fue encontrada dentro de los archivos secretos del Vaticano, pero el secreto fue revelado por un obispo.
2.- Hitler y la iglesia
Parece muy difícil de creer, pero la verdad es que el temido Adolf Hitler era un ferviente católico y durante toda su vida defendió y profesó la religión. Incluso se sabe que la idea de torturar a sus prisioneros de guerra, así como a millones de judíos, surgió al conocer todos los métodos de tortura que desarrolló el catolicismo en tiempos de la Santa Inquisición.
Pero a pesar de su dureza y fama de sanguinario, el mismo Hitler fue quién en algún momento confesó que sería incapaz de practicar el mismo tipo de torturas que utilizó la iglesia, pues estas eran mucho más crueles y excesivas.
3.- “Bloody Mary”
En 1553 la Reina de Inglaterra era María I, mejor conocida como Bloody Mary, ella siempre se distinguió por ser una fiel católica y porque aseguraba que podía comunicarse directamente con Dios.
De acuerdo a la historia Dios le pidió a María que sacrificara a seres humanos para que pudiera renacer. Ella cumplió con su parte y mandó a asesinar a más de 300 personas, entre los sacrificados podíamos encontrar niños y mujeres.
Cabe destacar que los sacrificios fueron hechos en nombre de Dios, razón por la que el Vaticano intentó mantener esta historia bajo secreto.
4.- Asesinos
El Vaticano ha gastado mucho más dinero en mantener en secreto sus horribles crímenes que en ayudar a todos aquellos que de verdad lo necesitan.Entre los años 1949 y 1953, con el apoyo del gobierno colombiano, la iglesia llevó a cabo el asesinato de 60 mil personas protestantes, los hombres primeramente fueron castrados y luego fueron lanzados a un río a atados de pies y manos, quitándole la vida a todos.
5.- Santa Inquisición.
La Inquisición episcopal fue establecida en el año 1184 a través de la Bula del papa Lucio III Ad abolendam, para castigar los delitos contra la fe. Sus principales víctimas eran las mujeres tachadas de brujas, los homosexuales, los blasfemos, los herejes, paganos y cristianos que no quisieron adoptar la religión católica.
6.- Alienígenas
Un hombre que fue encargado de la limpieza del Vaticano, hace unos años reveló que mientras limpiaba una zona a la que muy pocas personas podían entrar, pudo ver un texto sumamente revelador.
El documento guarda un detallado registro de todas las visitas que ha recibido el Vaticano por seres de otro planeta o extraterrestres.
El hombre señaló que para ser contratado uno de los requisitos era el no saber leer, pero luego de tantos años trabajando ahí una de sus hijas lo enseñó. Finalmente el sujeto confesó no haber robado los documentos por miedo a ser desaparecido y dejar a su familia desamparada.
7.- Papisa Juana
El Vaticano ha tenido muchas historias, polémicas y oscuras; sin embargo, esta es la más escalofriante.
Juana nació en el año 822 en Ingelheim am Rhein, muy cerca de Maguncia ( actual Alemania), era hija del monje Gerbert, que pertenecía al grupo de predicadores que debían difundir el evangelio a lo largo de toda Europa. La pequeña Juana creció en ese ambiente de religiosidad y eran conocimiento, y con el apoyo de su madre y a escondidas de su padre, tuvo la oportunidad de poder estudiar, lo cual estaba prohibido para las mujeres de la época. Juana pudo aprender griego, lo cual le permitía leer la Biblia que por aquella época estaba traducida a muy pocos idiomas.
Ya que solo la carrera eclesiástica permitía el tener estudios, Juana entró en la religión como copista bajo el nombre masculino de Johannes Anglicus (Juan el Inglés). Según Martín el Polaco. Juana pudo viajar con frecuencia de monasterio en monasterio y relacionarse con grandes personajes de la época. En primer lugar, visitó Constantinopla, en donde conoció a la anciana emperatriz Teodora.
Juana se trasladó a Roma en 848 y allí obtuvo un puesto docente. Siempre disimulando hábilmente su verdadera identidad, fue bien recibida en los medios eclesiásticos, en particular en la Curia. A causa de su reputación de muy inteligente fue presentada al papa León IV y enseguida se convirtió en su secretaria para los asuntos internacionales.
En julio de 855, tras la muerte del papa, Juana se hizo elegir su sucesora con el nombre de Benedicto III o Juan VIII. Dos años después la papisa, que disimulaba un embarazo fruto de su unión carnal con el embajador Lamberto de Sajonia, comenzó a sufrir las contracciones del parto en medio de una procesión y dio a luz en público. Según Jean de Mailly, Juana fue lapidada por la gente enfurecida. Según Martín el Polaco, murió a consecuencia del parto.
Según la leyenda, la suplantación de Juana obligó a la Iglesia a proceder a una verificación ritual de la virilidad de los papas electos. Un eclesiástico estaba encargado de examinar manualmente los atributos sexuales del nuevo pontífice a través de una silla perforada. Acabada la inspección, si todo era correcto, debía exclamar: «Duos habet et bene pendentes» (‘tiene dos y cuelgan bien’). Además, las procesiones, para alejar los recuerdos dolorosos, evitaron desde ese momento pasar por la iglesia de San Clemente, lugar del parto, en el trayecto del Vaticano a Letrán.
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