“La idea de que amar a más de una persona no significaba que fuese un ser humano terrible se me ocurrió cuando, en un pub, me topé con una persona que tenía más de una pareja. Nunca antes había visto algo así y tampoco conocía el término ‘poliamor’. Estaba muy sorprendida y curiosa de saber cómo les había funcionado a ellos”.
“Mi compañero en ese momento estaba conmigo cuando conocí a la persona poliamorosa y también sintió curiosidad por ello. En ese momento no lo consideramos como algo para nosotros, pero la semilla ya estaba plantada”. 
No fue hasta el 2003 que le sugirió a su pareja que podían mantener una relación abierta: “Lo aceptó de inmediato. Tenía un amigo muy cercano y esa amistad, de forma casi instantánea, derivó en algo más. 
Para mí se trata de amor. Evidentemente, alguna de mis relaciones han sido sexuales, pero eso no es lo que me impulsa a hacer lo que hago”. 
“Ya no estoy con la pareja que tenía cuando empecé con el poliamor, aunque él sigue siendo una persona muy cercana para mí y ambos hemos mantenido nuestro estilo de vida poliamoroso”. 
“Me casé con una de las primeras personas con las que empecé a mantener una relación poliamorosa, mi esposo Tim, de 43 años. Nos prometimos en 2004 y nos casamos en 2013 en el Manchester Museum, justo debajo del gran T-Rex”. 
“Tengo un compañero, John, de 53 años, con el que he estado desde 2011 y con quien planeo ‘casarme’ este año. No podemos hacerlo legalmente, pero tuvimos una ceremonia de compromiso completa en la iglesia Unitarian de Chorlton el pasado mes de mayo”.
Mary tiene, además, dos novios ‘extra’. Uno es Michael, de 63 años, a quien conoció en 2016. Y el otro es James, de 73 y a quien conoció más recientemente.

“Una de las mejores cosas de compartir tu vida con más de una persona es que no recae sobre una sola el tener que suplir todas tus necesidades. Mi esposo Tim y yo compartimos un gran entusiasmo por el ecologismo y todo lo que eso implica, como los autos eléctricos y el veganismo. Con mi prometido John disfruto ver ciencia ficción e ir a la iglesia juntos”.
“A Michael, me gusta verlo y apoyarlo jugando para su equipo local de dardos en el Royal Oak, y vamos a las noches de karaoke, lo que es posiblemente más vergonzoso que admitir el propio poliamor”.
“Vivir en una casa con más de un compañero es algo que he hecho durante varios años. Supongo que, de alguna forma, no es diferente de vivir en una casa compartida con un grupo de amigos o familia. Todas las cosas habituales sobre a quién le toca lavarse, etc. Tim y John se llevan bien, supongo que un poco como hermanos, llegando a ir en bicicleta juntos, por ejemplo”. 
“A veces puede existir el temor de que un nuevo compañero sea ‘mejor’ en algún aspecto que uno actual, pero una buena comunicación y ofrecer garantías permite que se trate todo esto de forma satisfactoria”. 
“En muchos sentidos, he descubierto que estar en relaciones abiertas me ha obligado a comunicarme mucho mejor. Soy muy sincera y abierta con mis compañeros sobre mis sentimientos y necesidades, mucho más que en mis relaciones monógamas previas. Así que creo que he crecido como persona, y ahora tengo relaciones mejores y más fuertes”.

“Por supuesto, todo eso es posible en las relaciones monógamas, y no estoy sugiriendo que el poliamor sea de ninguna manera mejor, solo diferente. Pero funciona bien para mí”.